miércoles, 4 de enero de 2012

El Cambio / The Change

Amamos a nuestros seres queridos,
pero dejamos que su carne la coman
los gusanos.
 

jueves, 21 de octubre de 2010

Guisos con políticos

Amamos a nuestros seres queridos, pero
dejamos que su carne la coman los gusanos.

Turmas de político, en paro

Esta receta es un homenaje para aquellos que encontraron el paro antes de llegar a la jubilación; sus esfuerzos no fueron en vano, apreciamos sus turmas.

Las turmas son ese par de bolas que tienen los mamíferos de sexo macho, aunque algunas femichistas también presumen de ello. Escogemos las turmas de político en paro por su considerable tamaño, además, tras el paro, ya están depiladas; o sea, las escogemos no porque el tipo haya trabajado de peón caminero, sino por el tiempo que lleva tocándoselas.

Ración

Un par de turmas para toda la familia, y otro juego para cada miembro que esté en paro.

Elección

Hay abundancia de turmas en paro después de cada cambio de gobierno (nacional, regional, municipal, sindical, deportivo …), se recogen al gusto durante todo el año.

Preparación

Se hierven en abundante agua, con 2 hojas de laurel, en un balde de cobre. Se dejan enfriar y se abren en 2 mitades.

Se sirven en un plato llano - puestas como 2 corazones mirando al cielo- rodeadas con fresas del bosque y unas hojas de menta. Están más sabrosas acompañadas de champagne, champagne regional si el político fuera de fama regional.

viernes, 8 de octubre de 2010

Guisos con políticos

Amamos a nuestros seres queridos, pero
dejamos que su carne la coman los gusanos.


Jeta de ministro

En los bares de suburbio, abundaban platos con nombre sugerente: ensalada imperial, pies de ministro, ... Tras la democracia española, algunos platos cambiaron de nombre, la imperial pasó a ensalada rusa, desaparecieron los “pies de ministro” y nacieron los pies de cerdo. Nunca vi un plato llamado jeta de ministro, ahora os cuento como prepararlo.

Ración
1 Jeta por comensal o una para varios, según el rango.

Elección

Las jetas de ministro tienen algo en común: su inmenso tamaño. Otras carnes pueden elegirse ya descuartizadas, pero no así la jeta de ministro que requiere un período de observación previa. Los ministros son fácilmente accesibles. Elegimos a uno de ellos, le miramos a los ojos: si su cara cambia de color, su carne es fresca, si mantiene el color, su carne está pasada, si se pone pálido le queda poca vida, no arriesgue en él.

Otra opción es fijarnos en el curtido de su piel. Si la cara es de color moreno-albañil, nos hemos equivocado de sujeto; si es moreno saludable, de nieve o de mar: hemos acertado. Si es rojilla con los ojos saltones: es un ministro ruso. Si sus ojos están rasgados: es chino o japo.

Preparación

Una vez haya elegido a su pieza, preséntele una vedette porno para alegrarle el ojillo, o preséntelo un financiero para alegrarle el bolsillo.

Lávele la cara, si el sujeto está saliendo de un estudio de TV. Si lo encuentra en la calle, sea Vd. piadoso: límpiele el sudor de la frente, con algodón blanco. Si el ejemplar es de ministra, cuide las pestañas y el rimel. Use crema desmaquilladora y acetona para limpiar la cara de la señorita; después, pase una plancha muy caliente, suavemente, para estirar las arrugas.

Los ojos acostumbran a tener buen aspecto, sin lágrimas. Las lágrimas son saladas, pero como los ministros nunca lloran su jeta es sosa. Sazónela con alegría.

Deshuésela igual que la jeta de cerdo, pero reconstruya después su expresión inicial, hasta que parezca humana.

Cocción
La jeta de ministro pertenece al grupo genérico de “carnes de político” (consulte el apartado en este libro). Se guisa en su jugo, igual que esas otras carnes, pero, al ser más dura, requiere más tiempo de cocción.

Sírvase sobre una corona, de laurel.

Esta receta es para guisar jeta de ministro. En los comercios de menudillos encontrará otras variedades como jeta de consejero: regional, comarcal, provincial, municipal, de distrito, de barrio … Haber, haylos.

lunes, 3 de mayo de 2010

Guisos con políticos

Amamos a nuestros seres queridos, pero
dejamos que su carne la coman los gusanos.


Asado de político en su jugo


Propiedades
La carne de político abunda, es tierna - por lo poco trabajada - y sabrosa por su abundante grasa.

Raciones
Los políticos acostumbran a tener exceso de peso; con una pieza de tamaño medio es suficiente para alimentar a la familia con 8 hijos, abuela, abuelo y tía solterona. Si tenemos gato o perro, habrá que poner 2 piezas, pues sus despojos no dan para mucho.

Elección
Hay carnes en diferentes colores: roja, azul, verde, camaleónica, rosa. La carne de político rojo es contestona, siempre contra el cocinero, ojo no te salpique; la carne azul es dura, anticuada; la verde es tierna, ingenua; la carne camaleónica conviene elegirla cuando aún está tierna; la rosa adorna bien la mesa.

Limpieza y preparación
Limpiar la carne de político requiere de habilidad y confianza. Primero quítale los restos de polvo y arena; luego repasa sus bolsillos, que acostumbran a tenerlos llenos de metales preciados, incluso alguien encontró una moneda dentro. Lava la piel con cariño, es muy sensible. Limpia su espalda, su pasado, para evitar encontrarnos con gestos que después amarguen la mesa.

Cocción
Los políticos acostumbran a tener exceso de peso y exceso de grasa, no por mucho comer, sino por verse envueltos en continuas comilonas: todo el mundo quiere sentar a un político en su mesa.

Ponga una capa de manteca de cerdo en la bandeja y cocine la pieza al horno, a 230º, durante 20 minutos. Salpimentar al gusto. Si hace ruido, póngale en la boca una manzana Golden y en los ojos 2 fresas salvajes, así dará algo de alegría. No tire la grasa sobrante, la usaremos para untar la bandeja del siguiente, de la misma raza.

Antes de servir, rocíe el guiso con champaña Moët & Chandont brut si la pieza era relevante o cava si es de provincia. El calimocho combina cuando el líder es de UGT o CC.OO; para éstos, en vez de la manzana, encienda un puro Habano.

Ecológica
Los políticos abundan, son sostenibles - unos se sostienen a otros - y autoreciclables, no generan desperdicio.

En cualquier color, la carne de político es nutritiva, baja en sal, auto-sostenible y ecológica (según la OMS).